San Cristóbal de La Laguna es una ciudad pequeña, pero las esencias más exquisitas vienen en frascos pequeños; en ella se mezclan un ambiente moderno y cosmopolita con un casco antiguo absolutamente precioso y una atmósfera tranquila y tradicional que no tienen parangón en la isla de Tenerife.
Cosas que hacer en San Cristóbal de La Laguna
El trazado y los edificios de estilo colonial del casco antiguo de la ciudad fueron denominados patrimonio mundial por la Unesco, por lo que no hace falta decir que recorrer hasta su último rincón es obligatorio. La ciudad está cuajada de antiguas y coloridas casonas, como la Casa de los Capitanes Generales o la de Salazar, y algunas de ellas albergan hoy día museos, como la Casa Lercaro. También te tropezarás con numerosos conventos, palacetes e iglesias, como la de la Concepción, con su esbelta torre.
Además de la belleza que encuentras por doquier en la ciudad, la atmósfera y el ambiente merecen ser descritos; las coloridas calles están siempre animadas por el turismo, menos masivo que el del resto de la isla, por lugareños y por los estudiantes de la universidad. Déjate llevar y explora tascas y restaurantes, atrévete con un conejo en salmorejo y un delicioso vino de malvasía, y deambula entre tiendecitas vintage o de diseño.
Si después de todo esto necesitas refrescarte, acude a los charcos y piscinas naturales de Punta del Hidalgo o haz una excursión al magnífico Parque Rural de Anaga, que dejará boquiabierto al aventurero más experimentado.
Cómo moverse por San Cristóbal de La Laguna
El casco antiguo de la ciudad se puede (y debe) recorrer a pie, pero si tus piernas no dan para más o quieres ir a algún punto más alejado, hay autobuses urbanos. Para llegar a San Cristóbal desde otras localidades de la isla dispones de autobuses y de un tranvía que llega hasta Santa Cruz.