Elegante e histórica, Praga rivaliza con París por el título de la ciudad europea más bonita. La capital de la República Checa reposa en las márgenes del río Moldava y es conocida como “la ciudad de las cien agujas”. Tan pronto como pongas un pie en el casco antiguo medieval, verás por qué; este barrio adoquinado está salpicado de antiguas iglesias, capillas y edificios barrocos restaurados maravillosamente.
Cosas que hacer en Praga
Comienza en la plaza de la Ciudad Vieja, el palpitante corazón del barrio medieval, visita la catedral de San Vito y escucha el repicar del reloj astronómico de 600 años de antigüedad, cada hora, puntual. Veletržní Palác es la meca para los amantes del arte contemporáneo, mientras que el convento de Santa Inés acoge una colección fascinante de tesoros medievales.
Tu viaje a Praga no estará completo si no te das un paseo por el magnífico puente de Carlos. Este monumento del siglo XIV suele estar muy concurrido, así que ve temprano si no quieres tener que luchar contra las masas.
Mas allá de sus atracciones más típicas, Praga tiene mucho que ofrecer a los aventureros urbanos. Los barrios de moda de Vinohrady y Bubeneč merecen una visita, al igual que las vistas desde el castillo de Praga, una fortaleza encaramada por encima del río Moldava.
Praga es el cielo de los cerveceros; sirve algunas de las mejores variedades de Europa y, además de una gran oferta de marcas internacionales, también hay un floreciente mundo de cervezas artesanas por explorar. Desde los bares más elegantes a los baretos más escondidos, hay para todos los gustos.
Cómo moverse por Praga
Praga está bien conectada mediante una red de transporte público muy eficiente, por lo que explorar la ciudad es muy fácil. Puedes elegir entre tranvías, autobuses y metro, los tiques los puedes comprar en la mayoría de paradas y estaciones. Los taxis son baratos y la forma más popular de ir y venir del aeropuerto.