Fráncfort es una de las ciudades más visitadas de Alemania, además de ser una potencia financiera y la sede del Banco Central Europeo. Con un casco histórico lleno de iglesias medievales, catedrales góticas y museos de renombre, no es de extrañar que los numerosos viajeros que llegan a Europa a través del concurrido aeropuerto de Fráncfort decidan quedarse unos días en la ciudad.
Cosas que hacer en Fráncfort
La plaza Romerberg es el lugar más emblemático de Fráncfort, y alberga edificios icónicos como la iglesia medieval de Alte Nikolaikirche y la Fuente de la Justicia, cuya versión original manaba vino para la coronación del emperador Matías en 1612. Tómate un tiempo para explorar otros edificios históricos en la zona del casco antiguo, como Saalhof, un castillo y torre del siglo XII, y la catedral gótica de San Bartolomé, conocida como el Kaiserdom.
Un popular sitio turístico de Fráncfort es el museo y antigua casa de Johann Wolfgang von Goethe, el amado escritor y estadista alemán. El Museo Stadel data de 1815 y en realidad es una galería de arte en la que se pueden ver obras maestras europeas de artistas como Picasso, Renoir y Rembrandt. Si hay un aficionado a la ciencia en tu grupo, no podéis perderos el Museo Senckenberg, con sus exhibiciones paleontológicas y fósiles.
Barrios como Bockenheim y Nordend parecen pueblos en miniatura, y esconden los mejores cafés, boutiques, galerías y parques. No olvides probar el vino de manzana en las tabernas de Sachsenhausen. Las plazas y pubs cerca de la Universidad de Goethe ofrecen una animada cultura indie que contrasta con los modernos rascacielos del distrito financiero.
Cómo moverse por Fráncfort
El sistema U-Bahn ofrece trenes subterráneos y exteriores que atraviesan la ciudad día y noche, conectando con todas las principales atracciones, así como con la periferia y el aeropuerto. Si vas a pasar mucho tiempo en la zona del casco antiguo, prepárate para andar o coge una bicicleta en una de las muchas estaciones de alquiler de bicicletas de Fráncfort